El cultivo de microorganismos consiste en proporcionarles las condiciones físicas,
químicas y nutritivas adecuadas para que puedan multiplicarse de forma controlada. En
general, podemos distinguir cultivos líquidos y sólidos en función de las características
del medio y cultivos discontinuos y continuos en función de la disponibilidad de nutrientes
en el medio.
¿Cuál es su utilidad?
En el manejo de enfermedades infecciosas, es necesario saber con certeza cual es el microorganismo que esta causando la enfermedad, pues ello nos permite tratarlo y eliminarlo de forma más rápida y efectiva, sin daño para el paciente; además, permite conocer el pronóstico o la posible evolución de la infección y establecer su eliminación. Además permite detectar bacterias u hongos que aunque no estén produciendo directamente enfermedad en el sitio donde se encuentran (colonización), puedan causar daño futuro (infección oportunista por estado de portador) o empeorar otras patologías (p.e. asma, urticaria, rosácea, prurigo, acné, púrpura trombocitopénica idiopática, anemia por deficiencia de hierro, entre otras patologías).
Con el estudio médico microbiológico del cultivo se logra aislar e identificar al agente causal de la infección (corroborar el diagnóstico clínico) y poder practicarle las pruebas de susceptibilidad a los antimicrobianos (antibiograma), para saber a ciencia cierta como los antibióticos afectan al microorganismo que esta produciendo la enfermedad, y así optimizar el tratamiento de las infecciones.
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